De la sostenibilidad al diseño regenerativo
Uno de los cambios más decisivos en la regeneración urbana es ir más allá de la noción de sostenibilidad y adoptar un enfoque holístico: el diseño regenerativo. La sostenibilidad se centra en mantener el «statu quo», es decir, preservar los recursos y minimizar los daños; el diseño regenerativo, por su parte, trata de renovar, restaurar y realizar mejoras continuas. En el transcurso del debate se constató que en el mercado suelen confundirse ambos términos, lo cual puede reducir el concepto de «sostenibilidad» y su inclusión en el lenguaje cotidiano a un ejercicio consistente en tachar casillas en lugar de permitir entenderlos como un planteamiento transformador.
Esto suscitó una pregunta muy pertinente: ¿nos encontramos ante un punto de inflexión para la sostenibilidad ahora que se contempla como base de referencia? Si se reflexiona acerca de cómo lograr un cambio positivo, el siguiente paso lógico es la regeneración. A partir de este principio rector, el entorno construido debe diseñarse no solo para limitar los daños, sino para mejorar activamente el ecosistema y la calidad de vida de sus habitantes. Para ello, es necesario un cambio de paradigma basado en procesos circulares en los que los edificios y los espacios urbanos contribuyan al ciclo de renovación.
El valor a largo plazo frente a los costes a corto plazo
Todo cambio conlleva dificultades. Un tema recurrente durante el debate fue cómo vencer la resistencia que supone equilibrar el valor a largo plazo con los costes a corto plazo. Aunque algunos promotores inmobiliarios están apostando por enfoques sostenibles, muchos dudan a la hora de adoptar un diseño regenerativo debido a los elevados costes iniciales asociados a las medidas de sostenibilidad. Sin embargo, varios asistentes argumentaron que las inversiones iniciales pueden generar beneficios a largo plazo, como el incremento del valor de las propiedades, la reducción de los costes operativos y la ampliación de la permanencia de los inquilinos.
Parte del planteamiento consiste en educar a los clientes y a las partes interesadas en el valor financiero y social. La cruda realidad es que muchos promotores inmobiliarios son reacios a adoptar medidas de sostenibilidad a menos que exista un claro retorno de la inversión. Aun así, los proyectos que han integrado la sostenibilidad en su rendimiento y valores fundamentales siguen evidenciando que estas medidas pueden traducirse en un aumento de las ventas y en una mayor satisfacción de los inquilinos. Cuando los promotores inmobiliarios, propietarios de viviendas y hoteleros empiecen a apreciar los beneficios a largo plazo de estas inversiones, el mercado podrá cambiar y seguir avanzando.