Cuando V-ZUG decidió quedarse e invertir en Zug —una de las zonas más pobladas y caras de Suiza—, el impacto en la comunidad y la sostenibilidad de las instalaciones de producción fueron dos de los principales factores que tuvieron en cuenta tanto los directivos como los arquitectos. En consecuencia, se puso el concepto de fábrica vertical sobre la mesa. «La verticalización implica que las áreas de producción ya no se alojan en una sola planta. En su lugar, se distribuyen en diferentes niveles», explica Markus Estermann, responsable de automatización industrial en V-ZUG. «Ya no están repartidas por todo el recinto, sino que están ubicadas en seis plantas». La ventaja es que las distancias son más cortas, lo que a su vez contribuye a optimizar los procesos. Además, la automatización de la logística permite a la empresa agilizar los desplazamientos, ya que las cadenas más cortas se traducen en una mayor eficiencia.
La fábrica vertical permite a V-ZUG reducir su huella en Zug a aproximadamente la mitad del tamaño original. «Ahorra espacio y, al mismo tiempo, garantiza la materialización de las ambiciones de crecimiento», afirma Adrian Theiler, director de operaciones. «Se trata de un cambio generacional para las instalaciones de producción y logística, lo que supone una importante contribución a la modernización de la empresa en su conjunto». En cuanto a la innovación: Como parte de los centros multienergéticos, Zephyr Ost utiliza energía neutra en CO2 para calefacción y refrigeración y produce electricidad mediante sistemas fotovoltaicos en todos los lugares posibles del tejado.