El camino de Sandra Stöckli hacia la victoria

Handbike riders on a road in front of an impressive mountain backdrop

En agosto del 2022, V-ZUG patrocinó a la deportista Sandra Stöckli, quien ganó la Copa Mundial general de paraciclismo. Y ese es solo el podio más reciente en una carrera que comenzó más por un azar del destino que por decisión propia. Actualmente, la impulsan dos cosas: la alegría y la pasión.

Sandra Stöckli, con tu bicicleta de mano alcanzas los 90 kilómetros por hora. ¿Te quedan ojos para mirar alrededor en tus sesiones de entrenamiento?  

Las bicicletas de mano no son más que bicicletas de carreras para los que usamos sillas de ruedas. Puedo recorrer las mismas rutas que los ciclistas de carreras. No estoy atada a un centro deportivo, como una pista de 400 metros. ¡Puedo salir a la naturaleza, puedo salir al mundo! Ya he recorrido Omán. Y el entrenamiento puede ser sumamente riguroso, como cruzar el paso de Albula o recorrer 100 kilómetros con un frío glacial en Tesino. Con todo, al final he visto muchas cosas preciosas: gencianas al borde de la carretera, marmotas caligatas…; lo cual da encanto a los recorridos en bicicleta.  

No estás sujeta a un recinto deportivo, sino a un artículo deportivo: la bicicleta de mano… 

Así es, y es un artículo de tecnología avanzada. O más bien dos: tengo dos bicicletas de mano, ambas de gama superior. Son idénticas. Si me vendaran los ojos y me montaran en una de ellas, no sabría decir si voy en la azul o en la roja. Eso es porque tengo que adaptar el material en función de la pista: si estoy en una carrera de la Copa del Mundo en Bélgica, cuya pista es plana pero ventosa, necesito un material diferente al que me exige una contrarreloj de montaña en Alemania. Como en Bélgica competimos junto al mar, no puedo usar ruedas con llantas altas, ya que el viento de costado me sacaría de la carretera. Una carrera de los Juegos Paralímpicos del 2021 tuvo lugar en el Fuji Speedway de Tokio. Cuando llueve, la superficie de la pista resbala mucho. Por consiguiente, me fabricaron dos bicicletas: una para los días lluviosos y otra para los soleados. Mientras tanto, no obstante, hemos estado esforzándonos para mejorar aún más las bicicletas. Dependo mucho de mi equipo, de mis expertos. No soy ni especialista en aerodinámica ni mecánica de bicicletas: tan solo una deportista. Se me ocurren ideas que me gustaría llevar a la práctica y los expertos las prueban. Ahí es donde convergen los mundos. ¿De qué me sirve estar en una postura ideal a nivel aerodinámico si me causa dolor de espalda?  

¿Cómo entra en escena un patrocinador como V-ZUG?  

El apoyo económico es importante. Para los Juegos Paralímpicos de París 2024 y los Campeonatos Mundiales de Zúrich 2024, tenemos muchas ideas sobre cómo podríamos optimizar los materiales. Si se materializan con éxito, me ahorrarán varios vatios de mi energía, haciéndome así más rápida. Pero todo ello conlleva un coste, y es ahí donde necesito el respaldo de patrocinadores. Y, en general, el desembolso económico es ingente. Practicar el deporte del modo en que lo hago actualmente solo es posible gracias al incesante apoyo de patrocinadores como V-ZUG. Si como ciclista paralímpico necesitas un trabajo a jornada parcial para sustentarte, competir en los Juegos se torna en pura fantasía. Sería imposible dar la talla.

Handbike riders by the lake with snow-covered mountains in the background

A los 15 años, la vida de Sandra Stöckli dio un giro de 180 grados, después de que se cayera de un muro de escalada y se quedara parapléjica. Encontró su camino en el deporte y participó en diversas competiciones con su silla de ruedas de carreras, incluidos los Campeonatos Mundiales de Nueva Zelanda. Tras lesionarse, descubrió el ciclismo manual: subcampeona del mundo en el 2021 y campeona general en el 2022. Ahora está preparándose para los Campeonatos Mundiales de Zúrich 2024.

¿Cuándo decidiste dedicarte de lleno al deporte?

Hasta hace unos años, trabajé en el catastro de la ciudad suiza de Rapperswil-Jona. En un momento dado tuve elegir. ¿Quería avanzar en mi carrera deportiva, concretamente en el deporte de alto nivel, con el objetivo de participar en los Juegos Paralímpicos y otros campeonatos mundiales? ¿O quería seguir trabajando a media jornada? Combinar los entrenamientos y las competiciones con el trabajo me suponía una carga enorme, y me pasó factura, tanto a nivel físico como de salud. Así que me atreví a dar el paso en el mundo del deporte de alto nivel. Fueron tiempos difíciles. Hubo veces en las que necesité un jersey nuevo y no podía permitírmelo.

¿Qué te empujó a continuar en momentos así?

La alegría y la pasión. Realmente se puede aplicar a todo, ya sea al deporte, al trabajo o a la vida privada: el fuego debe arder, no centellear. Hay que hacer un esfuerzo y sacrificio tan grandes, que si el fuego solo centellea, al final acabará por apagarse...

Sin duda, también requirió coraje, como en una carrera cuesta abajo a 90 kilómetros por hora...

La cuestión del coraje siempre está presente. Cuando haces un entrenamiento a intervalos, se necesita valor para superar el umbral del dolor. En la vida también hay que tener valor para probar cosas nuevas, aunque te sigan diciendo: «¡Estás loca, no hagas eso, no va a salir bien!». Aunque todo el mundo intente disuadirte de hacerlo. Se necesita coraje para mantener el rumbo. Si no sale bien, siempre puedes recular. Pero si no encuentras el coraje y no lo intentas, te arrepentirás toda la vida.

Se me ocurre que los lectores tal vez no sepan que vas en silla de ruedas. ¿Hay momentos en los que de repente esta realidad cobra importancia?

Hay situaciones en las que tengo que esforzarme más que otras personas por el hecho de ir en silla de ruedas. Prepararme para entrenar me lleva mucho más tiempo que a un atleta no discapacitado. Cuando viajo, tengo que asegurarme de que en los hoteles haya acceso para sillas de ruedas. Y luego hay situaciones que jamás se te hubieran pasado por la cabeza: en Tokio, en los Juegos Paralímpicos, vino una lanzadera a la Villa Olímpica para trasladarnos al lugar de la competición. El vehículo era precioso, pero por desgracia no tenía acceso para sillas de ruedas. Tenía escalones normales, así que no pudimos montarnos. Hay que ser ingenioso, no complicarse y tomárselo todo con humor.

«Se necesita coraje para mantener el rumbo. Si no sale bien, siempre puedes recular. Pero si no encuentras el coraje y no lo intentas, te arrepentirás toda la vida».

¿Te han impedido estas realidades lograr el resultado esperado en alguna competición?  

En realidad no. Siempre lo tengo todo muy bien planeado. Para empezar, nunca viajo a una competición importante con unas solas gafas de sol. Siempre me llevo dos juegos de todo. Pero es inevitable que haya imprevistos. Por ejemplo, en la primera carrera de la Copa del Mundo del 2022, en Bélgica, un rival se chocó con mi bicicleta con gran torpeza en la última sesión de entrenamiento. Solo con oír el crujido del carbono supe que algo no iba bien. Pero me lo tomé con calma porque confiaba plenamente en el mecánico de nuestra selección. Y él hizo todo lo que estuvo en su mano para arreglar la bicicleta. Alcancé el podio en la carrera de la Copa Mundial el día siguiente…, ¡con una bicicleta enmendada con una cuchara de cocina de madera! Y, si no hubiera corrido en Bélgica, no habría ganado la Copa Mundial general del 2022.  

¿Captáis tú y tu deporte la atención mediática?  

Mi deporte cada vez despierta más interés. En lo que respecta a los medios de comunicación, se produjo un salto cuántico entre los Juegos Paralímpicos de Río 2016 y los de Tokio 2021. En los de Tokio, la televisión suiza retransmitió en directo mis carreras y los medios de comunicación se volcaron de lleno conmigo. Cuanta más cobertura mediática recibe el deporte, más gente lo ve, y eso cambia la percepción por completo. Pero también hay que ser realistas: mi presencia en los medios sigue siendo, claro está, muy escasa en comparación con la de un futbolista. Cuando negocio con patrocinadores, soy sincera y les digo: «Recibo cierta atención mediática, pero, si queréis que me vean miles y miles de espectadores, habéis llamado a la puerta equivocada». Sigue siendo un deporte marginal, pero estamos cobrando impulso.  

Y con la pasión que sientes por tu deporte, supongo que…  

Si quieres avanzar, tienes que ser exigente contigo misma, con tu equipo; pero también a mayor escala, en materia de política deportiva, por ejemplo. Cuando entreno, tengo que llevarme al límite una y otra vez. Tengo que salir de mi zona de confort. Solo entonces puedo exigir lo mismo a los demás.