Desde que se puso al frente del célebre restaurante Stucki en Basilea hace quince años, Tanja Grandits ha ganado dos estrellas Michelin gracias a su inconfundible cocina monocromática. Pero el toque monocolor es solo uno de los aspectos de su propuesta culinaria. El otro es su compromiso por integrar la amabilidad en la cocina.
«Creo que es muy importante ser amable y respetuoso con los demás y encontrar el tono adecuado. Si la gente está relajada y trabaja en un ambiente agradable, cocina mucho mejor». Tanja Grandits