Me ha costado prepararme para esta entrevista; en las redes sociales eres muy evasivo, y en el sitio web de HENRYTIMI parece haber más poesía que información.
Sí, siempre he estado un poco desligado del sistema. No formo parte de él o, mejor dicho, ahora formo parte de él, porque el sistema se inspira en mí. Ello conlleva una gran responsabilidad y supone un desafío diario, pero también me colma de alegría. HENRYTIMI cuenta con muchos seguidores y recibe numerosas visitas, por lo que tratamos de mantener un cierto grado de coherencia, una perspectiva sólida. Pero sí, estamos ―y estoy― fuera del sistema, así que hay muy poca información sobre mí, pero eso está bien. Además, soy muy celoso de mi intimidad. En cuanto al sitio web, fue una decisión meditada: narramos nuestros proyectos en blanco y negro, por poner un ejemplo. Intentamos ser lo que somos y, por el momento, hemos optado por un enfoque más silencioso.
¿Cómo nació HENRYTIMI?
De una necesidad. Sentí la necesidad de hacer algo diferente e inventé ese algo. Todo empezó hace unos diez años. Vivía la vida a un ritmo frenético, el que marcaban tanto el mundo del diseño como el de la moda, la arquitectura, la comida y la música, que son mundos que siempre me han apasionado, que siempre he seguido. Sentí la necesidad de crear lo que consideraba que faltaba en el mercado para aquellos que tenían una sensibilidad parecida a la mía. Empecé con piezas a las que denomino «colección primitiva»: son piezas fundamentales, mínimas. Comencé a exhibirlas y atrajeron las miradas curiosas de personas de todo el mundo. Esas personas me insuflaron fuerza para creer en todo; para construir una realidad que, desde su susurrado y humilde origen, ha amasado reconocimiento, importancia y respeto. No nos solapamos con ninguna otra marca; seguimos nuestro propio camino y siempre trataremos de ceñirnos a esta visión.
¿Cómo describirías a HENRYTIMI en la actualidad?
HENRYTIMI es una empresa que siempre ha intentado contar la historia de materiales naturales como la piedra y la madera. Es una marca que, gracias a sus técnicas avanzadas, a su excepcional fabricación artística con tecnología punta y a las personas que creen en el diseño, transforma incluso los materiales más intrincados, exclusivos y complejos en extraordinarias obras funcionales. HENRYTIMI es un ejemplo revolucionario del concepto de artista-fabricante, ya que, además del pensamiento, representamos el diseño y la fabricación. Asimismo, al elaborarlo todo en nuestras instalaciones, personificamos la calidad, la exclusividad, el lujo y la artesanía auténtica… Se trata de una combinación de todos estos factores.