A los grandes chefs les encanta cocinar

Close-up of a chef decorating a scallop with truffle and herbs on salt.

Markus Arnold, el restaurador más innovador de Berna, está convencido de que lo que convierte a un buen cocinero en un excelente chef es el amor por la comida y la cocina.

Cook in a professional kitchen with modern equipment and large windows.

Al chef Markus Arnold le fascina la cocina asiática. A modo de ejemplo, le vuelve loco «el increíble picante de la comida callejera de Tailandia». Sin embargo, su destino favorito es Japón. Le gusta el sabor, el famoso umami, el amor por el producto y el cuidado en la preparación: todo lo que caracteriza a la cocina japonesa. Y quiere trasladar esta filosofía a su propio restaurante.

Sus ideas, su pasión por la cocina y la hostelería, y no menos importante su extraordinaria pericia culinaria, son lo que afianzaron a Markus Arnold en la escena gastronómica de la capital suiza hace varios años. Markus Arnold es sin duda el restaurador más innovador de Berna; su restaurante «Steinhalle» ha sido galardonado con 17 puntos Gault Millau y una estrella Michelin, pero la denominación de «top chef» no le hace justicia, ya que es verdaderamente polifacético.

Pone tanta energía y pasión en un proyecto para servir albóndigas tibetanas al vapor (momos) en la estación de tren como en hacer fondue en el mercado navideño o un puesto de hamburguesas pop-up cerca del Palacio Federal. Haga lo que haga, Markus Arnold tiene un principio personal relativamente sencillo para garantizar una calidad excepcional en su profesión: «Un chef excelente debe amar su trabajo. De hecho, estoy convencido de que algo solo sabe bien si lo ha cocinado un chef feliz». Eso significa básicamente que tienes que probar tu propia comida con regularidad, continúa Arnold. Según él, puede parecer una obviedad, pero no siempre se hace.

Nos cuenta que años de experiencia y una gran dedicación le han ayudado a desarrollar y confiar en su paladar, y explica que una de las cosas que le han hecho triunfar es la capacidad de saber cuándo algo está tan bueno que no solo le sabe delicioso a él, sino también a sus comensales. En esencia, eso significa simplemente que Arnold solo prepara la comida que le gusta a él mismo y que le hace feliz.

Cook in a kitchen preparing a dish with fresh ingredients

Markus Arnold tiene un principio personal relativamente sencillo para garantizar una calidad excepcional en su profesión: «Un chef excelente debe amar su trabajo. De hecho, estoy convencido de que algo solo sabe bien si lo ha cocinado un chef feliz».

«Me gusta mucho comer. Me gustan muchos sabores y culturas culinarias diferentes, y planifico mis itinerarios de vacaciones en torno a los restaurantes», afirma. Probablemente por eso en su propio restaurante hay una rotación constante de menús temáticos: a veces franceses, a veces japoneses o escandinavos. Y venga de donde venga la inspiración, hay otro principio sencillo que subyace en todo lo que sirve Arnold: «Un buen producto básico debe ser reconocible, pero preparado de forma emocionante».

Y no solo eso, porque Markus Arnold es una persona a la que cada día se le ocurren nuevas y coloridas ideas, y también piensa que un menú inolvidable tiene que ser divertido. En su opinión, los clientes deben estar bien entretenidos, no deben aburrirse. Una velada en el restaurante de Arnold debe ser «relajada y distendida», y lo que en última instancia garantiza la excelencia es, sencillamente, la pasión por la comida.