Las pizzas napolitanas se hornean rápido, pero hay que esperar un poco entre ronda y ronda. Al cortar y servir cada pizza cuando está lista, nadie espera y todos disfrutan. Sírvase un poco de ensalada, elija un trozo y deja que sigan llegando pizzas. Una forma divertida y sociable de probar todas las pizzas sin tener que elegir sólo una.
La mayoría de las recetas rinden cuatro pizzas. Prevea aproximadamente una por persona y ajuste la cantidad de masa al tamaño de su grupo. Las salsas clásicas siempre gustan, pero ¿por qué no mezclarlas con opciones de temporada? Después de hornearlo, añada toques finales como verduras asadas, rúcula o virutas de parmesano para darle un toque extra de sabor.
La pizza se adapta a cada estación. En otoño, puede añadir puré de calabaza y champiñones. En invierno, pruebe el pesto de col rizada en una pizza estilo bianca. En primavera, añada espárragos o ajo silvestre a una margarita. En verano, los tomates maduros, los calabacines o los pimientos acaparan todo el protagonismo. Cada temporada trae consigo una nueva inspiración de sabores.
La noche de la pizza es algo más que comida: es toda una experiencia. Crea menús o tarjetas de mesa, añade un toque italiano a la mesa con la decoración y dale al play a tu lista de reproducción favorita. Dispón jarras de bebidas, con o sin alcohol, para que los invitados se sirvan ellos mismos. Los pequeños detalles hacen que su tavolata sea aún más memorable.
